domingo, 11 de mayo de 2014

C'est moi.

Hace tiempo que todo ha dejado de ser igual, ya no son las mismas compañías, ni yo la de antes; supongo que la vida es un cambio constante, que todo fluye, que es y deja de ser a la vez.
Pero hay algo que siempre está ahí, que permanece e incluso a veces me hace sonreír, el sentir. 
Me hacen daño y me duele, y entonces sé que estoy viva, que por mucho que todos vayan y vienen, yo seguiré siendo yo, y me aferro a esos sentimientos para no divagar por la realidad sin saber qué hacer; tengo miedo, siento miedo, soy una persona que teme. Siento algo nuevo, parecido a los nervios, y me doy cuenta que de golpe soy feliz.

Y eso es algo que jamás me podrán quitar.

He aprendido que soy yo quién lo siente, y no los demás, y si yo quiero ser feliz, lo seré, y no tengo que depender de nadie, porque esa es mi propia felicidad, o tristeza, o lo que yo quiera.

A partir de ahora, ya pueden venir a hacerme daño, e intentar volver a herirme, que esta vez decido yo, seguiré sonriendo, por y para mí.

Ser egoísta jamás me había sentado tan bien. 

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