Esta vez has ganado tú. Luchamos hasta cansarnos, y tú me derrotaste de todas las maneras en las que se me podía derrotar.
Mírate, casi no te reconozco, tú te reconstruiste de verdad. Cuánto has crecido. Cuántas cosas me he perdido de ti. Pero de eso se trataba, supongo, ahora eres totalmente feliz. Vives en otra ciudad, sonríes junto a otra persona, y ya no estás pendiente de mí. Has conseguido todo lo que siempre quisiste, has hecho que me arrepienta de no haber confiado en ti. Ya no sería capaz de descifrar tus gestos, ni saber qué es lo que piensas. Hará más de medio año que no te veo, y créeme, tal vez es mejor así. Pero la batalla que finalmente me venció, fue la de seguir recordándote. Yo, la persona más fuerte a ojos de los demás, sigo llorando por las noches porque no te puedo olvidar. Entonces es cuando tú celebras la victoria, cuando no me echas en falta, y has dejado de pensar en mí. Estoy segura de que ahora sí sueñas, pero no conmigo, de que ahora lo ves todo y eres capaz de cumplir todo lo que te propones. Ahora nadie te dice que no puedes. Ahora luchas, y ganas. Tal y como me ganaste a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario