Esta vez has ganado tú. Luchamos hasta cansarnos, y tú me derrotaste de todas las maneras en las que se me podía derrotar.
Mírate, casi no te reconozco, tú te reconstruiste de verdad. Cuánto has crecido. Cuántas cosas me he perdido de ti. Pero de eso se trataba, supongo, ahora eres totalmente feliz. Vives en otra ciudad, sonríes junto a otra persona, y ya no estás pendiente de mí. Has conseguido todo lo que siempre quisiste, has hecho que me arrepienta de no haber confiado en ti. Ya no sería capaz de descifrar tus gestos, ni saber qué es lo que piensas. Hará más de medio año que no te veo, y créeme, tal vez es mejor así. Pero la batalla que finalmente me venció, fue la de seguir recordándote. Yo, la persona más fuerte a ojos de los demás, sigo llorando por las noches porque no te puedo olvidar. Entonces es cuando tú celebras la victoria, cuando no me echas en falta, y has dejado de pensar en mí. Estoy segura de que ahora sí sueñas, pero no conmigo, de que ahora lo ves todo y eres capaz de cumplir todo lo que te propones. Ahora nadie te dice que no puedes. Ahora luchas, y ganas. Tal y como me ganaste a mí.
Y qué nos queda? Un par de recuerdos que no puedo olvidar, un perfume en concreto, y unas fotografías por quemar.
domingo, 17 de mayo de 2015
miércoles, 6 de mayo de 2015
Vingt-cinq.
Creo que me asusta el hecho de que hayas llegado a mi vida en el momento en el que más te necesitaba. Me aterroriza que seas capaz de hacerme sonreír con un coucou bb, que te preocupes por cómo va mi día, y que te eche de menos. Me da pánico echarte de menos. Me he repetido hasta la saciedad que cuando empiezas a echar en falta a alguien es porque te empieza a importar. No entraba en mis planes que nadie me pudiera volver a importar. Y menos tú. El que vive tres vidas, el que aún no ha sido capaz de madurar, el que está sediento de ambición y no tiene tiempo para descansar. Tú, que visitas París, Londres, Nueva York y Barcelona como si fuese lo más normal. No sabes lo que daría por tener un par de años más y así poder descifrar tu actitud, tus gestos y entender tu manera de pensar. Ojalá fueras más fácil, o yo un poco menos difícil. Ojalá vivieras a tres kilómetros de mí en lugar de a novecientos veinticinco.
Cambiaría muchas cosas de esta situación, pero quién sabe, igual está bien así. Quizá el tiempo pasa y me dejas de importar, y empiezo a no echarte de menos, y todo vuelve a la normalidad.
O tal vez decides volver a París, instalarte en Barcelona, y huir de la ciudad del mal tiempo y estás más cerca de mí, Puede incluso que hasta me esperes, y me recuerdes tanto como lo hago yo a ti.
Parce que je t'aime bien, et je sais que tu m'aimes bien aussi. Rappelle-moi, je t'attendrai toujours, ici.
Cambiaría muchas cosas de esta situación, pero quién sabe, igual está bien así. Quizá el tiempo pasa y me dejas de importar, y empiezo a no echarte de menos, y todo vuelve a la normalidad.
O tal vez decides volver a París, instalarte en Barcelona, y huir de la ciudad del mal tiempo y estás más cerca de mí, Puede incluso que hasta me esperes, y me recuerdes tanto como lo hago yo a ti.
Parce que je t'aime bien, et je sais que tu m'aimes bien aussi. Rappelle-moi, je t'attendrai toujours, ici.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)