sábado, 22 de marzo de 2014

Se asfixió en el silencio de las palabras que nunca pronunció.

Ella conocía muy bien lo que eran las noches en blanco, y el llanto desolador. Era imposible contar las noches que había pasado buscando respuestas sin ni siquiera formular la pregunta correcta.

La pérdida de alguien es inmensa, todos veían que se trataba de una pérdida doble.
No hablo de algo físico, de eso a lo que todos tememos, no me refiero a la muerte, en esos casos el dolor es inmensurable.

Se trataba de el olvido a largo plazo, de un descuido que provocó una incisión en el camino de ellos dos. De una ruptura inminente.
Ella lo entregó todo, hasta tal punto que en lugar de ella, era "él."


Y cuando le perdió, se perdió a ella misma también. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario