Los antiguos filósofos se dieron cuenta de que el universo sufría cambios continuos, al igual que las personas. En la vida siempre sucede algo que hace que todo de un vuelco de 180º, la gente abre y cierra etapas, es algo cíclico.
Ese algo que lo cambia todo, aparece de repente, rompiendo todo a la mitad, ¿hasta qué punto es bueno?
Se supone que vamos a mejor, pero, ¿qué pasaría si nada hubiese cambiado? ¿no estarías mejor?
Dicen que tiendo a caer en lo negativo, ¿cómo tengo que pensar si en dos años ha cambiado todo hacia peor?
Tengo pánico al cambio y a todo lo que eso conlleva, sigo sin saber que es cerrar una etapa y abrir otra, me quedé en medio de algo que ahora ya no existe, y tal vez todo venga de más lejos, quién sabe.
Sólo sé del cierto que estoy harta de esta situación, de estar a nada de serlo todo y rendirme cuando menos queda, quizá es que me asusta avanzar por miedo a retroceder más.
Y qué nos queda? Un par de recuerdos que no puedo olvidar, un perfume en concreto, y unas fotografías por quemar.
lunes, 28 de abril de 2014
lunes, 7 de abril de 2014
Y todo se reduce a "él"
+Ei, ¿Qué haces aquí? Ha pasado mucho tiempo desde que tú... Ve.. vete porfavor.
-He encontrado a alguien que quiere hacerme feliz, me trata bien, no discutimos, y creo que me gusta estar con ella.
+¿Y? ¿Tendría que alegrarme y ponerme a saltar? Mira, lo siento pero..
-Me gusta estar con ella, y tú y yo sabemos que no es lo mismo que querer, quiero quererla, y juro que no puedo, porque no me vuelve loco, no de la manera en que tú lo hacías. Discutíamos a cada segundo, nos mentíamos, pero cuando me gritabas, seguía queriéndote, te amaba. Amaba la forma tan ligera que tenías de usar la palabra amar, amabas la vida, y yo te amaba a ti por eso.
Tu perfume hacía que siempre quisiese más, que te echara de menos en cuanto cruzaba la puerta, tú sabía como hacerme sentir, como nadie podrá volver a hacerlo, y por eso estoy aquí...
-Espera.
Yo te amaba tal y como creía que tú lo hacías, a mí me cuesta mucho confiar en las personas, pero contigo fue totalmente diferente, me hiciste creer en ti de una manera que yo misma caí en tu juego, yo estaba en un sueño del que jamás hubiera querido despertar, si no fuera porque tú.. tú me obligaste a hacerlo. No sé cuando se fue todo a la mierda, pero yo te quería.
+Aún te quiero.
-No es suficiente.
-He encontrado a alguien que quiere hacerme feliz, me trata bien, no discutimos, y creo que me gusta estar con ella.
+¿Y? ¿Tendría que alegrarme y ponerme a saltar? Mira, lo siento pero..
-Me gusta estar con ella, y tú y yo sabemos que no es lo mismo que querer, quiero quererla, y juro que no puedo, porque no me vuelve loco, no de la manera en que tú lo hacías. Discutíamos a cada segundo, nos mentíamos, pero cuando me gritabas, seguía queriéndote, te amaba. Amaba la forma tan ligera que tenías de usar la palabra amar, amabas la vida, y yo te amaba a ti por eso.
Tu perfume hacía que siempre quisiese más, que te echara de menos en cuanto cruzaba la puerta, tú sabía como hacerme sentir, como nadie podrá volver a hacerlo, y por eso estoy aquí...
-Espera.
Yo te amaba tal y como creía que tú lo hacías, a mí me cuesta mucho confiar en las personas, pero contigo fue totalmente diferente, me hiciste creer en ti de una manera que yo misma caí en tu juego, yo estaba en un sueño del que jamás hubiera querido despertar, si no fuera porque tú.. tú me obligaste a hacerlo. No sé cuando se fue todo a la mierda, pero yo te quería.
+Aún te quiero.
-No es suficiente.
Y aquí estoy, desintoxicándome de ti.
Hola, mi nombre es ****, y llevo 5 meses sin sin oír su voz. Al principio fue un proceso duro, pensaba que no podría no llamarle o evitarle, pero lo conseguí.
Mentiría si dijera que no he pensado en él al menos una vez al día; pero no es un "cuánto le echo de menos" o "le necesito", es simplemente que algo me hace recordar su sonrisa, su olor, o alguna de sus frases que tanto me sacaban de quicio.
No se puede evitar sentir lo que sientes, pero a la larga acabas por aborrecer esa sensación, te cansas de que los recuerdos pesen más que los libros que llevas en la mochila, y por eso estoy aquí.
Dije basta, y lo cumplí. Hace 3 meses y 24 días que no lloro por él, y la última vez que lo hice fue por tener miedo a encontrármelo alguna vez, hasta que comprendí que el mundo tiene esa habilidad para hacerse pequeño cuando no deseas ver a alguien, y así comprendí que verle tal vez fuese una ventaja, y que por esa vez (no) me perdería en sus ojos que por si solos hablaban.
Aún así, sólo le vi una vez, fue rápido, como arrancar una tirita de golpe, sin anestesia, caliente en un instante, dolor, y ya, desaparece en un segundo y ese dolor no vuelve a aparecer más. Recuerdo que me reía en ese momento, y al verle, paré, él es el único que puede silenciar mi risa, ya ves.
Aunque tal vez espere un mensaje suyo, desee verle a lo lejos, ya no siento esa necesidad imperante de hablar con él, de saber dónde está, o qué hace.
Al fin y al cabo, dicen que querer es como construir un puente, y un puente no puede sostenerse sólo de un lado.
Mentiría si dijera que no he pensado en él al menos una vez al día; pero no es un "cuánto le echo de menos" o "le necesito", es simplemente que algo me hace recordar su sonrisa, su olor, o alguna de sus frases que tanto me sacaban de quicio.
No se puede evitar sentir lo que sientes, pero a la larga acabas por aborrecer esa sensación, te cansas de que los recuerdos pesen más que los libros que llevas en la mochila, y por eso estoy aquí.
Dije basta, y lo cumplí. Hace 3 meses y 24 días que no lloro por él, y la última vez que lo hice fue por tener miedo a encontrármelo alguna vez, hasta que comprendí que el mundo tiene esa habilidad para hacerse pequeño cuando no deseas ver a alguien, y así comprendí que verle tal vez fuese una ventaja, y que por esa vez (no) me perdería en sus ojos que por si solos hablaban.
Aún así, sólo le vi una vez, fue rápido, como arrancar una tirita de golpe, sin anestesia, caliente en un instante, dolor, y ya, desaparece en un segundo y ese dolor no vuelve a aparecer más. Recuerdo que me reía en ese momento, y al verle, paré, él es el único que puede silenciar mi risa, ya ves.
Aunque tal vez espere un mensaje suyo, desee verle a lo lejos, ya no siento esa necesidad imperante de hablar con él, de saber dónde está, o qué hace.
Al fin y al cabo, dicen que querer es como construir un puente, y un puente no puede sostenerse sólo de un lado.
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