He estado pensando mucho, llevo dándole vueltas al mismo tema varias semanas, y he decidido que te voy a eliminar de mi vida.
Tal vez sea por eso de que he cruzado el umbral de la madurez, porque la mayoría de edad me sienta bien, o porque estoy cansada de que sólo pueda llorar por ti.
Has agotado la energía que me quedaba, y ya me niego a seguir.
Tú ni si quiera te das cuenta, no eres tú el que hace que esté exhausta, sino tu recuerdo, tú y tu maldita perfecta forma de ser, de hablar, de sonreír.
Algo que por cierto, ha desaparecido.
El otro día te vi, y entonces recordé porque me enamoré hace tiempo. Los ojos te brillaban como nunca, tu mirada reflejaba felicidad, ahora has vuelto a amar lo que haces, con quien estás.
Así que supongo que por todo eso y más, he decidido sacarte de mí. Borrar todos los recuerdos, hacer que desaparezcas de mi memoria, que no haya nada que signifique felicidad tan sólo porque haya sido nuestro.
Noviembre volverá a ser noviembre, y tú a ser uno más.